Intemperie, de Jesus Carrasco



“Luego, cuándo el viejo sacudió los dedos pidiéndole que parase, se llevó la lata a la boca y se bebió lo que quedaba de un trago.



De espaldas al anciano, trató de orinar en la lata, con escasos resultados. Hacía días que sus micciones eran escasas.”  Pàg 114

 

 


Jesús Carrasco: "He buscado una mirada dignificadora sobre el mundo rural"

Es autor de libro 'Intemperie', considerado como el más recomendable por La Vanguardia en el 2013

Jesús Carrasco:
Imagen del escritor Jesús Carrasco LV / Àlex Garcia

Jesús Carrasco ha escrito un libro (Intemperie, Seix) que sorprende por su emocionado amor al paisaje y a la palabra. Un panel de expertos consultado por La Vanguardia consideró que el suyo fue el libro más recomendable del año 2013. Carrasco (Badajoz, 1970) nos transmite una España con clima inclemente, eternamente sedienta en un entorno rural y agreste que parece íntimamente unido a la violencia soterrada… Hay algo de cíclico en este relato, en el que se intuye que la paz no llegará hasta que llueva y se remanse una tierra árida, testigo mudo de la durísima existencia que proporciona a sus habitantes.
Es literatura pura que recrea un mundo pasado e imaginado narrado gracias a la sencilla sobriedad de unas palabras que ha querido sacarlas de la intemperie.

Usted demuestra en su libro un gran amor por las palabras, y, en concreto, por la recuperación de esas palabras del mundo rural que esconden un modo de vida ajeno a nuestra cultura urbana, pero intensamente vivido en su relato. ¿Lo que nos explica es una imagen vivida o recreada…?

Ambas cosas. Soy de origen rural y muchas de las situaciones que viven los personajes, o los objetos que manejan, los conozco de primera mano. Aunque en la novela no se dice cuándo se desarrolla la acción, se intuye que es un tiempo pasado que yo, por mi edad, no he vivido.

El paisaje, el mundo de la ganadería y el medio rural es uno de los grandes protagonistas de su relato. ¿Por qué?

Porque son mundos que me interesan y, hasta cierto punto, conozco. Para mí, como narrador, es más sencillo tratar los temas que quiero sobre un trasfondo conocido. Digamos que se reduce la incertidumbre y puedo centrarme en el fondo de los asuntos. Si intentara ambientar una novela en, qué se yo, la Moldavia del S. XVI, todo sería mucho más artificioso y se verían las costuras del texto más de lo debido.

Al margen de esa relación más o menos utilitaria, mi relación con el paisaje narrado es muy fuerte. Soy un niño que ha crecido entre olivares y barbechos. Siempre he jugado en el campo.

¿El paisaje condiciona “lo español"?

El paisaje lo condiciona todo, incluso en aquellos lugares donde lo urbano se ha asentado de una manera absoluta. Manhattan es como es porque geológicamente se dan las condiciones para que se pueda cimentar de manera estable.

En términos más amplios, el paisaje conforma las culturas, las va "amasando" a lo largo de la historia hasta producir idiosincrasias que, al final, también se alimentan de si mismas. Si tomamos El Quijote como el texto clave que es, vemos ya muchos de nuestros rasgos culturales. Es un texto, curiosamente, en el que el paisaje es determinante.

Su relato es también un reivindicación del ganadero. ¿Es así?

Es una de las muchas posibilidades que ofrece el texto. Hay una reivindicación consciente del mundo rural en el que están incluidos sus oficios. Quería posar una mirada dignificadora sobre un espacio hasta cierto punto arrinconado en la literatura y en el arte en general. Espero haberlo conseguido.

¿Se siente ecologista?

Primero habría que definir qué es ser ecologista. En principio es una etiqueta en la que no me siento cómodo. Me alejo de una visión, quizá superada ya, del ecologismo como religión o verdad absoluta. Me defino como una persona con conciencia ambiental.

Sigue algunos hábitos a favor de un comportamiento respetuoso con el medio ambiente?, ¿cuáles?

Los propios de cualquier persona mínimamente responsable: ahorrar agua y electricidad, reciclar y reutilizar todo lo posible y tratar de que los niños que me rodean asimilen estos hábitos con naturalidad. Me desplazo caminando, en bicicleta o en transporte público y muy esporádicamente utilizo un coche compartido. Además, cultivo un huerto colectivo y participo en otro escolar donde tratamos de acercar a los niños el trabajo con la tierra.

¿Crece la preocupación por la conservación de la naturaleza y el desarrollo equilibrado en España?

Crece la preocupación y la participación ciudadana. Sólo hay que ver cómo éramos hace veinte años. La pregunta clave es cuánto crece esa conciencia. Desde mi punto de vista, no estamos a la altura del desafío o, más concretamente, no vamos a su ritmo.

Los animales aparecen en su relato muertos en muladares, o como una amenaza (cuervos) que se pueden abatir sobre cadáveres. ¿España ama a sus animales? ¿somos un país maltratador de animales?

En primer lugar, en la novela no he tratado de retratar el carácter español o, particularmente, la relación del español con los animales. Aclarado esto, diría que España ama y desprecia a sus animales según el barrio. Por poner un ejemplo, en Andalucía, donde vivo, el caballo tiene una presencia central. Forma parte de la vida cotidiana y, generalmente, todo el mundo es sensible a su belleza. Por otra parte seguimos teniendo fiestas populares, en toda España, que tienen por centro el maltrato animal, incluidos los toros.

Diría, en general, que tenemos una relación con los animales presidida por el utilitarismo. Si nos sirven los cuidamos. Si no nos sirven, sencillamente, no tenemos en cuenta ni sus necesidades ni sus derechos. ¿Cuántos perros se siguen abandonando hoy en las carreteras?

¿Cómo se imagina un desarrollo equilibrado para su tierra, Extremadura?

La dehesa, que ocupa una gran superficie del territorio extremeño, es un buen ejemplo de desarrollo sostenible. Es lugar de aprovechamiento maderero (o corchero), es espacio de cría para el ganado y todo ello sin dejar de ser lo que es, un bosque autóctono. Ese se un modelo de desarrollo que crea riqueza, asienta a las poblaciones y es respetuoso con la naturaleza.

En su relato no sabemos las causas de estas persecuciones trágicas. ¿Nos lo aclarará en próximas novelas?. ¿Desempeñaran en ellas un papel importante también la naturaleza?

Bueno, yo creo que hay suficientes elementos en el texto para intuir los motivos por los que el niño huye. Por otra parte, no tengo intención de desvelar o de explicitar esos motivos en sucesivas novelas. No sé cómo será el conjunto de mi obra pero, al menos, mi próximo libro tiene una fuerte presencia de la naturaleza.

Delibes, 'El llano en llamas', 'El Lazarillo' son algunas referencias/sugerencias que proyecta su relato. ¿Qué autores le han interesado más…o han sido básicos para su formación?

Curiosamente autores urbanos, especialmente norteamericanos.
 http://www.lavanguardia.com/natural/20140215/54401289023/jesus-carrasco-buscado-mirada-dignificadora-sobre-mundo-rural.html#ixzz3GJHUk

 

 

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